Perlinfad · [las perlas de PrevInfad]

9 - mayo - 2011

Sesgos en las recomendaciones nutricionales: ¿maniatados por la industria?

Filed under: General — Manolo Merino @ 10:22 pm
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Referencia original: Harvard School of Public Health Nutrition Source. New U.S. Dietary Guidelines: Progress, Not Perfection. The Nutrition Source 2011 [Fecha de consulta, 19/04/2011]. Accesible en: http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/what-should-you-eat/dietary-guidelines-2010/index.html

Las pirámides nutricionales son herramientas didácticas diseñadas para hacer más comprensibles las recomendaciones nutricionales emitidas con vistas a la mejora de los resultados en salud. En la última década hemos asistido a su proliferación y progresiva modificación, a medida que se iban acumulando pruebas a favor o en contra de ciertos alimentos y estilos de vida. Muestra de esto último ha sido la inclusión de la actividad física en varias de las nuevas pirámides, tanto las dirigidas a la población general como a la infancia.

 Una de las características de las ciencias biomédicas es el continuo cambio en los conocimientos, lo que dificulta la asimilación de las ideas por parte de la población. Otra, la complejidad del lenguaje técnico. Pero además pueden existir factores ocultos que influyen en el diseño de las pirámides, tales como poderosos intereses económicos. A ello se refieren los autores de la reseña1.

 La elaboración de las Dietary Guidelines for Americans 20102 es el fruto de 2 años de trabajo por parte de sociedades científicas, profesionales, entidades varias e incluso las opiniones de la ciudadanía. Además, entre los soportes económicos de todo el trabajo se encuentran cuatro grandes asociaciones de empresas relacionadas con la alimentación y esto se ha reflejado en aspectos que solo una sutil lectura puede descubrir.

 Uno de los conceptos claves para difundir las recomendaciones nutricionales es referirse a los alimentos concretos en lugar de a los nutrientes. Y así aconsejan que se incremente el consumo de pescados, verduras, frutas, granos enteros y lácteos de bajo contenido en grasa. Sin embargo, a la hora de describir lo que se debe evitar recurren al listado de nutrientes: azúcares añadidos, proteínas, sodio, grasas saturadas y trans y harinas refinadas. En realidad deberían haber dicho de forma clara que los alimentos que se deben tomar solo de forma esporádica incluyen las bebidas dulces, las carnes rojas, el pan blanco y las patatas fritas, alimentos clásicos en la dieta americana.

 Esos alimentos son la base del negocio para poderosas empresas que precisamente han sido las que han financiado el proyecto de las Dietary Guidelines for Americans 20102: industrias relacionadas con los derivados cárnicos, los lácteos y las bebidas dulces envasadas y alimentos comestibles procesados en general.

 Los mensajes deben quedar claros de cara al público. De lo contrario, no es posible llevar a cabo los cambios esenciales de hábitos dietéticos que permitan invertir la tendencia, que continúa siendo creciente, de cifras de prevalencia de obesidad, diabetes, trastornos cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

 Hay pruebas suficientes para una mayor firmeza a la hora de recomendar la reducción de los nutrientes citados y es importante que esa información llegue de forma clara a la población, especialmente a las familias, a los comedores escolares y a los responsables de salud pública.

 Los azúcares añadidos (3) están presentes en gran número de alimentos que se encuentran de forma habitual en la dieta infantil. El índice glicémico elevado de esos alimentos origina la liberación de picos de insulina a la sangre y sienta las bases de la diabetes tipo 2. Por eso debe evitarse la sacarosa, fructosa, jarabes de maíz y otros edulcorantes presentes en helados, bollería, golosinas y en la mayoría de las bebidas dulces. También los almidones tienen elevado índice glicémico y por eso es referible utilizar granos y harinas integrales en lugar de pan blanco, pasta y bollería. Se sabe que el consumo de harinas refinadas aumenta el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares.

 Reducir a menos del 35% el porcentaje de energía procedente de la grasa es un mensaje difícil de entender. Es preferible recomendar que se reduzca la grasa en general, describiendo todos los alimentos que la contienen y destacando que tampoco son iguales todas las grasas.

 Las grasas saturadas están sobre todo en los derivados cárnicos (carnes rojas, embutidos) y las trans en muchos alimentos procesados: bollería, platos precocinados, margarinas, helados… Ambos tipos de grasas elevan el colesterol sanguíneo y son responsables de su poder aterogénico.

 Tampoco todos los alimentos con proteínas son igual de buenos, ya que van acompañados de otros elementos. Así, la carne y la leche contienen grasa saturada. Por eso es preferible limitar esos dos grupos y optar por otras fuentes de proteínas como frutos secos, legumbres, semillas, pescados, aves y huevos.

 Además, siguen poniendo excesivo énfasis en la leche y sus derivados, aunque recomiendan que sean de bajo contenido en grasa. El calcio es un nutriente importante pero no se ha podido demostrar que una dieta rica en lácteos sirva para prevenir la osteoporosis y las fracturas, mientras que en cambio parece que incrementa algunos tipos de cáncer (ovario y próstata). Por otra parte, no se pronuncian ante el queso y los helados, dos derivados lácteos de alto contenido en grasas.

 Por último, tampoco rebajan la cantidad recomendada de sal, que sigue siendo excesivamente alta.

Como aspectos positivos de la pirámide americana3 están la gran importancia dada al consumo de pescado, por su riqueza en  ácidos grasos poliinsaturados y a los alimentos vegetales que deben ser la base de la alimentación: frutas, verduras y hortalizas son bajas en calorías, tienen gran poder saciante y aportan fibra y muchos micronutrientes.

Bibliografía

 1 Harvard School of Public Health Nutrition Source. New U.S. Dietary Guidelines: Progress, Not Perfection. The Nutrition Source 2011 [Fecha de consulta, 19/04/2011]. Accesible en : http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/what-should-you-eat/dietary-guidelines-2010/index.html

2 Center for Nutrition Policy and Promotion. Dietary Guidelines for Americans 2010. [Fecha de consulta, 19/04/2011]. Accesible en: http://www.cnpp.usda.gov/dgas2010-dgacreport.htm

 3 United States Department of Agriculture. MY Pyramid: Steps for a healthier you. [Fecha de consulta, 19/04/2011]. Accesible en http://www.mypyramid.gov/

Revisores: Ana Martínez Rubio, Centro de salud de Camas (Sevilla) y Grupo Previnfad / PAPPS

Los autores declaran que no tienen conflictos de interés en relación con el tema abordado en este documento.

Cómo citar este artículo: Martínez Rubio, A. Revisor. Perlinfad • las perlas de PrevInfad [blog en Internet]. Sesgos en las recomendaciones nutricionales: ¿maniatados por la industria?  [DD – mes en letras – AAAA] [citado DD-MM-AAAA]. Disponible en: https://perlinfad.wordpress.com/)

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