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8 - febrero - 2012

Fórmulas fortificadas con hierro frente a no fortificadas. Evaluación del desarrollo neuromotor tras 10 años de seguimiento

Filed under: General — Manolo Merino @ 2:38 pm
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Referencia original:

Lozoff B, Castillo M, Clark KM, Smith JB. Iron-Fortified vs Low-Iron Infant Formula developmental outcome at 10 years. Arch Pediatr Adolesc Med November, 2011 Disponible en  http://archpedi.ama-assn.org/cgi/content/short/archpediatrics.2011.197

La recomendación actual para la prevención de la ferropenia en RN a término alimentados con lactancia artificial es la de utilizar fórmulas suplementadas con hierro, desaconsejándose fórmulas con bajo contenido de hierro (menos de 7 mg/L).

La gran mayoría de las fórmulas utilizadas en nuestro medio se adaptan a las recomendaciones de la ESPGHAN (European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition), las fórmulas de inicio deben aportar no menos de 7 mg de hierro por litro y las de continuación aportarán entre 7-14 mg/L. Con fórmulas de más de 7 mg/L de hierro se ingiere al menos 1 mg/kg/día, ingesta mínima aconsejada por la AAP, por lo tanto no se recomiendan suplementos si un lactante es alimentado con estas fórmulas.

Para PrevInfad:” En caso de no amamantar, se recomiendan sucedáneos de leche materna fortificados con al menos 7 mg/L de hierro”

El estudio compara los resultados del desarrollo a largo plazo (10 años) entre los niños que recibieron a partir de los 6 meses fórmulas fortificadas con 12,7 mg/l frente a los que recibieron fórmula con bajo contenido en hierro (2,3 mg/L).

Se examina una muestra de 835 recién nacidos a término sin anemia y el seguimiento se hizo durante 10 años: finalizaron el estudio el 57% (473 niños).

Evalúan coeficiente intelectual, memoria espacial, capacidad aritmética, integración visual y motora, percepción visual y función motora.

El análisis de regresión logística compara los niños que recibieron fórmula fortificada frente a los que recibieron lactancia artificial con bajo contenido en hierro, teniendo en cuenta el nivel de hemoglobina a los 6 meses de edad, alta (> 12,8 g/dl que fueron solo el 5,5% de la muestra) o baja (<10,5 g/dl que representaron el 18,4%).

Los resultados globales mostraron puntuaciones significativamente inferiores aunque el tamaño del efecto fue poco importante en el grupo de leche fortificada para memoria espacial e integración motora y visual.

Los resultados de la regresión múltiple según niveles de Hb mostraron que el grupo con niveles de Hb altos que recibió fórmula fortificada obtuvo peores puntuaciones de forma significativa y con tamaño del efecto mayor para coeficiente intelectual, memoria espacial e integración visual y motora. En el resto de los niños (grupos con Hb normal o baja) no hubo diferencias significativas salvo alguna a favor del grupo de Hb baja que podría beneficiarse en su desarrollo con la suplementación.

«En conclusión, este estudio indica peores resultados en el desarrollo psicomotor a largo plazo en niños con concentraciones de hemoglobina alta que recibieron la fórmula fortificada con hierro”.

 

Hay estudios que demuestran que el déficit de hierro y la anemia ferropénica se reducen con fórmulas fortificadas o lactancia materna y cereales con hierro a partir del 6º mes (en comparación con fórmulas no fortificadas).

Existe buena evidencia (estudios aleatorizados controlados y estudios longitudinales) de que suplementos de hierro en sus distintas formas (fórmulas fortificadas, cereales…) previenen la anemia ferropénica, pero existe poca evidencia de que aporten beneficios para la salud, al menos en niños sin factores de riesgo.

 

La relación déficit de hierro y desarrollo psicomotor permanece controvertida, no habiéndose demostrado nunca una inferencia causal. Desde el punto de vista clínico, actualmente se dispone de datos que permiten relacionar la anemia ferropénica en lactantes y niños con peores puntuaciones en diversas pruebas para la evaluación de las funciones cognitivas, como las Bayley Scales of Infant Development. En una revisión Cochranesobre si el tratamiento de la anemia ferropénica mejoraba el desarrollo psicomotor, se concluyó que había insuficiente evidencia para confirmar la hipótesis y que la relación causa efecto no podía ser demostrada. El U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF)en la revisión de 2006, concluyó también que había escasa evidencia (estudios contradictorios) de que el tratamiento de la anemia ferropénica beneficiara el desarrollo psicomotor.

 

También la relación entre desarrollo y fortificación de hierro en fórmulas o suplementos es inconsistente, así en algunos trabajos las fórmulas fortificadas han reducido la maduración motora y en otros no han tenido efecto o tuvieron efecto contrario frente al desarrollo psicomotor.

Este trabajo sin que pretenda aportar ninguna inferencia causal, ni suponer cambios de recomendaciones en la práctica diaria, aporta datos interesantes sobre todo por el seguimiento longitudinal a largo plazo de una muestra inicialmente amplia.

La mayor limitación son las pérdidas que ponen en peligro la representatividad de la muestra, sobre todo en el grupo minoritario de la Hb alta.

En segundo lugar, hay variables como el tabaquismo materno (no constan datos de madres fumadoras, ni si había más fumadores en el hogar pasados 10 años) y el sexo femenino, con valores más elevados en el grupo de hemoglobina alta, que no han sido tenidos en cuenta y que pueden ser factores de confusión entre los grupos.

Además, otro inconveniente es la solitaria medida de hemoglobina como única evaluación del status de hierro.

Por otra parte, el análisis por grupos muestra que la influencia negativa de las fórmulas fortificadas en el desarrollo psicomotor queda referida solo a un grupo concreto de lactantes sin factores de riesgo de ferropenia y con niveles de Hb altos; es decir, en los niños con niveles de Hb cercanos a la media (la mayoría de la muestra) el desarrollo psicomotor no se influyó con los suplementos, y en el grupo con Hb baja la suplementación podría ser beneficiosa para su desarrollo.

También es importante considerar que el estudio se contradice con otros similares, por ejemplo el de niños tailandeses es similar y no encuentra diferencias en el desarrollo neuromotor con lo cual se pone de manifiesto que el papel de la suplementación no está aclarado todavía y que permanece controvertido por lo que serán necesarios más estudios para ir delimitando la relación de la suplementación de hierro y desarrollo psicomotor.

 

Bibliografía:

1- Baker RD, Greer FR. Committee on Nutrition American Academy of Pediatrics. Diagnosis and Prevention of Iron Deficiency and Iron-Deficiency Anemia in Infants and Young Children (0–3 Years of Age). Pediatrics. 2010; 126:1040-50.

2- American Academy of Pediatrics. Committee on Nutrition. Policy Statement. Iron Fortification of Infant Formulas. Pediatrics.1999; 104:119-23.

3- Sánchez-Ruiz Cabello FJ y Grupo PrevInfad. Prevención y detección de la ferropenia. Rev Pediatr Aten Primaria. 2004; 6:463-7.

4- Helfand M, Freeman M, Nygren P, Walker M. Screening for Iron Deficiency Anemia in Childhood and Pregnancy: Update of 1996 USPSTF Review. Evidence Synthesis No. 43 (prepared by the Oregon Evidence-based Practice Center under Contract No. 290-02-0024.) Rockville, MD: Agency for Healthcare Research and Quality. April 2006. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK33399/

5- Logan S, Martins S, Gilbert R. Iron therapy for improving psychomotor development and cognitive function in children under the age of three with iron deficiency anaemia. Cochrane Database Syst Rev. 2001 ;( 2):CD001444. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11405989/

6- Koletzko B, Baker S, Cleghorn G, Neto UF, Gopalan S, Hernell O, et-al. Global standard for the composition of infant formula: recommendations of an ESPGHAN coordinated international expert group. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2005; 41:584-99.

7- Pongcharoen T, DiGirolamo AM, Ramakrishnan U, Winichagoon P, Flores R, Martorell R. Long-term effects of iron and zinc supplementation during infancy on cognitive function at 9 y of age in northeast Thai children: a follow-up study. Am J Clin Nutr. 2011; 93(3):636-643.

 

 

Revisor : Javier Sánchez Ruiz-Cabello (C.S. Zaidín-Sur. Granada) y Grupo PREVINFAD/PAPPS

Los autores declaran que no tienen conflictos de interés en relación con el tema abordado en este documento.

Cómo citar este artículo: Sánchez Ruiz-Cabello J. Revisor. Perlinfad ∙ las perlas de PrevInfad [blog en Internet]. [05 – febrero – 2012] [citado DD-MM-AAAA]. Disponible en: https://perlinfad.wordpress.com/

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